Como siempre

 

Abrazada a tu cintura,

Para que no veas... el sonrojo,

… y la desnudez.

El despertar,

Y me giro, y estas, y estoy,

Con la candidez del primer día,

Con la madurez de siempre…

Ya no me tiembla el pulso, pero me tiembla el alma…

Como el tiempo

Largos meses de espera,

Siguiendo un camino trazado en la penumbra,

Sentidos congestionados de sentir,

Con el esfuerzo de la hormiga,

Sin más razón que la mía...

Sin más palabras que las que escribo…

Tú, como sombra

Ahí, en el punto muerto de mi existencia…

Te escondes,

De mí, de ti, de quien.

Pero tu áura te delata…

Fué tan grande tu esencia en mí…

Que aún te intuyo.

Así, como la forma tan desgarradora de dejar de sufrir,

Pura Alquímia.

¡!ay!!... la belleza

Respirar

El camino de la noche,

Lo marcan las estrellas…

Y  las ventanas iluminadas cuando todo está oscuro.

Ahí estás, se me seca la boca y se me moja el alma,

… es la vida, la de cada una, la de todxs.

Respirar… se hace sin que medie pensamiento alguno.

Sólo quiero respirar…

Lo inevitable

Cada día empuja,

Inexorable….

Hacia lo inevitable.

Despiertas en la mañana,

Y mueves montañas,

Huida hacia delante,

Para encontrar lo inevitable.

Clavas la espada en el corazón de tu enemigo,

Creyendo haber vencido,

Aún así, te acercas a lo inevitable.

Y sabes de lo efímero,

Pintas un cuadro, escribes un libro,

Tienes un hijo…

… trascender a lo inevitable.

Lo inevitable…

Ahí está, esperando su momento,

Sólo es cuestión de tiempo,

vivir día día, disfrutar, crear, saborear, crecer, amar,

Porque no hay manera de evitar, lo inevitable.

La llamada

Despacio, me vuelvo al rincón por momentos acallado,

Donde habita y se esconde la que ahora me llama.

Una cerilla para encender la vela,

Descalzos los pies sobre la madre tierra.

Cantaré una canción nunca cantada,

Hija del aire, le pediré al viento que me agite,

Que se lleve la tormenta, y deje al fuego que arda.