De tanto abandonarme me abandonaste,
Soledad de madrugada nuestra condena,
Buscar otras almas... otros cuerpos para olvidarnos,
Olvidarnos de tener que olvidar olvidos…
Y esa lucha diaria que desgasta por momentos:
A manos llenas,
A estantes vacios,
A uñas mordidas,
A ceniceros saturados,
A estancias diáfanas.
Se diluyen olores,
Se van las lágrimas,
Se secan los cauces…
Se borra el deseo,
Se cierran las manos,
Te vas de mi…
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